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Un oso llamado Paddington.

(Indicado a partir de 7 años)

Este título de Michael Bond, publicado por la Editorial Noguer, conmemora los 50 años del nacimiento de un clásico de la literatura infantil. Se trata de una edición muy cuidada, con las ilustraciones originales de Peggy Fortnum, ahora en color como homenaje a este oso de peluche que llegó desde el lejano Perú a la estación de Paddington, en Londres.

La familia que lo acoge, decide llamarle con el mismo nombre de la estación de tren en la que lo encuentran. Estaba allí, con su sombrero rojo y su abrigo azul de explorador; con una maleta vieja y estropeada, un tarro de mermelada y una etiqueta colgada del cuello en la que alguien había escrito unas palabras rogando que le cuidaran.

Los Brown vivirán con él las más divertidas y cotidianas anécdotas transformadas -para asombro de los pequeños lectores- en extraordinarias aventuras. Su adaptación a las costumbres y formalidades de esta familia inglesa continúa provocando humor y ternura después de tantos años. Y es que el estilo del autor, además de fluido, tiene la habilidad de sacarnos una sonrisa aquí y otra allá, según vamos leyendo los comentarios del narrador.

Es una gran suerte que las editoriales vayan rescatando estas joyas antiguas, cuyos ejemplares eran tan difíciles de conseguir ya.

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Olivia.

(Indicado a partir de 4 años)

Cuando se cierra la última hoja de este libro publicado por ediciones Serres S.L. se tiene una irresistible tentación de volver a empezar. Olivia es uno de los personajes más encantadores que han aparecido en los álbumes ilustrados para los niños más pequeños. Con su energía ilimitada, su amor por la belleza y su predilección por el color rojo, esta carismática cerdita creada por el artista neoyorkino Ian Falconer sedujo a los exigentes jurados de la Medalla Caldecott, que le concedieron la mención de honor en el año 2001.

Más que un relato de argumento lineal, el libro presenta una sucesión de momentos y situaciones que ponen de relieve el carácter, la psicología y la conducta de un personaje deliciosamente infantil.

El entramado de escenas cotidianas de Olivia se basa en el arte de expandir textos mínimos de la mano de imágenes bellas y sobrias, gracias a un diseño gráfico en el que, sobre un fondo blanco sin marcos ni límites, parece flotar esta ficción de ensueño.

La economía del código escrito y su variada ubicación en el espacio de la hoja refuerzan el carácter poético de unas palabras, que se unen a la expresión plástica en una hermosa conexión y una experiencia estética exquisita.

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Asmir no quiere pistolas.

(Indicado a partir de 10 años)

Este libro, editado por Alfaguara, envía al lector un doble mensaje: la guerra nunca tiene sentido y no respeta nada.

Junto a sentimientos de dolor e impotencia, el autor, Christobel Mattingley, nos va a transmitir la realidad del mundo a través de su relato, de tal forma que los niños puedan entenderlo tanto desde el punto de vista del vocabulario como del contenido, a fin de que despierte en los lectores una actitud sana de repulsa hacia la violencia.

Asmir no quiere pistolas es el relato de una guerra que aún estremece al mundo entero, la guerra de la antigua Yugoslavia desde la particular perspectiva de un niño de siete años, Asmir.

La familia del joven, a excepción de su padre, consigue huir del país, y de la guerra (aunque sólo en cierto modo), gracias a la ayuda de Muris (el padre), y de sus tíos, Melita y Miroslav, con los que pasarán estos duros momentos.

El protagonista nos va contando los acontecimientos que se suceden a lo largo de su huida, con un cierto grado de inocencia; aunque al mismo tiempo con dolor y miedo.

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